sábado, 18 de julio de 2015

#18JYoCondeno

“En este estado y con lo que sufro al ver este suicidio moral de España, esta locura colectiva, esta epidemia frenopática […] figúrese cómo estaré. Entre los uno y los otros- o mejor lo hunos y los hotros- están ensangrentando, desangrando, arruinando, envenenando y entonteciendo España”.
“Entre marxistas y fascistas, entre los hunos y los hotros, van a dejar a España inválida de espíritu”.
Miguel de Unamuno. 1-12-1936

Hoy se “celebra” el 79 aniversario del comienzo de la Guerra Civil, y resulta triste comprobar en las redes sociales que el enfrentamiento social, que llevó a la muerte a millones de españoles, sigue vigente. D. Miguel de Unamuno se quejaba en 1936 del choque irracional, sectario y violento de “hunos” y de “hotros”, describiendo de modo gráfico, lo que Machado llamó “las dos Españas”. Durante cuarenta años, el régimen franquista contó la Guerra Civil a su manera, identificándola como una cruzada de salvación nacional frente a las hordas marxistas. Desde su muerte, en1975, los  sucesores del bando republicano cuentan la batalla a su estilo: Hoy Iñigo Errejón publica un tuit donde describe la rebelión como un golpe militar contra el pueblo español, que tomó las armas para defender su libertad. Don Miguel de Unamuno no sabía que la invalidez de espíritu que auguraba para España en 1936 perduraría en el tiempo y que, entre hunos y hotros, matarían la verdad sobre la contienda. Una tiene la impresión de que aún está por escribir el relato neutral, desapasionado, de  ese horrible periodo de la Historia de España. Y ya se sabe -lo dijo Santayana- quienes desconocen su pasado están condenados a repetirlo.

El primer error es creer que la república, en 1936, era el remanso de paz, concordia y convivencia que algunos quieren mostrar. Las sacas, los paseos y las delaciones eran moneda de cambio habitual en las calles de España, cuyas autoridades permitían el terror que practicaban sus partidarios.

La segunda mentira es mostrar la rebelión como un simple acto militar en contra del pueblo. La sociedad española, como muestran los resultados de las elecciones de febrero de 1936 se encontraba enormemente polarizada, con un reparto muy igualado entre la extrema izquierda y una extrema derecha desencantada tras un frustrante bienio de gobierno radical-cedista (centro derecha). El alzamiento por tanto fue la rebelión de media España contra la otra mitad. Además, dentro de cada bando surgieron enemigos irreconciliables que se dedicaron a purgarse entre ellos (comunistas contra anarquistas, fascistas sobre monárquicos...).

Por último, se presenta a Franco y a sus seguidores como “antirrepublicanos” (casi como nostálgicos  que pretendieran restaurar la monarquía), cuando cualquiera que ojee un libro de Historia sabrá que Franco fue un firme defensor de la república (y un marcado antimonarquico). De hecho, el gobierno republicano encomendó a Franco la defensa de la república frente a la sublevación de Asturias en 1934.

Siempre creí que bastaría con superar la generación de quienes vivieron el horror fratricida para que se pudiera estudiar y contar la Guerra Civil con objetividad. Sin embargo compruebo con tristeza, que el odio sectario se hereda de abuelos a nietos. Y la incultura y el analfabetismo, alentados por nuestro lamentable sistema educativo,  lo fomentan. El tuit de Errejón es buena muestra de ello.

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