miércoles, 16 de marzo de 2016

LEYENDAS DE SEMANA SANTA

LEYENDAS DE SEMANA SANTA


El Ángel de Salzillo
Cuenta Torres Fontes que Francisco Salzillo afirmaba que el Paso de la Oración en el Huerto no lo había dibujado él, que había sido una inspiración divina. Sobre ello se construyó una leyenda. Cuentan que el escultor tenía una crisis de inspiración, que no encontraba la forma de plantear el conjunto escultórico y que una tarde, un mendigo le pidió posada. Salzillo, según tenía por costumbre, acogió al mendigo, lo instaló en un pajar junto a su casa, dándole pan y agua, y se fue a dormir. A la mañana siguiente Salzillo acudió a su estudio y encontró el boceto terminado del Paso; el Ángel, Jesús y los Apóstoles, tal como los conocemos. Asombrado acudió al pajar donde había dejado al mendigo, encontrándolo vacío. Atribuyendo el suceso a un milagro, construyó La Oración en el Huerto conforme al boceto. Ciertamente la figura del Ángel es considerada la más perfecta obra de Salzillo. Esta figura andrógina, asimétrica, mitad hombre mitad mujer, fue objeto de deseo para María Fulgencia, en “el obispo leproso” de Gabriel Miró, como expresión máxima del amor.
También se ha querido ver cierta simbología en los tres Apóstoles (Santiago, Pedro y Juan) que aparecen dormidos en el Paso, de manera que reflejan las tres edades del hombre.
La figura de Jesús refleja todo el dolor que se anticipa, el miedo ante el sufrimiento y la determinación de quien sabe que no puede eludir el Cáliz que se le presenta. Decía Antonio Díaz Bautista:
Yo te veo, Jesús, desmadejado
bajo las hojas grises del olivo
viendo acercarse ya el definitivo
sacrificio por Ti tan esperado.
Y en tu rostro de lirio acorralado
el resplandor ambiguo y fugitivo
de un turbio amanecer dubitativo
pone un reguero de sudor helado
Yo sé que Tu, Señor, tuviste miedo
de beber aquel cáliz de amargura
que el Angel señalaba con su dedo,
y el recordar tu miedo me procura
las fuerzas, cuando pienso que no puedo
seguir hasta el final de mi andadura.
Cada año, vísperas de la Procesión de Viernes Santo, es necesario preparar este paso de manera laboriosa. La palmera que contiene el Cáliz debe ser construida artesanalmente. Sobre un tubo de acero colocan ramas de palmera recién cortada y, para formar el tronco, ramas de palmito seco. Además, se insertan en la palmera racimos de dátiles frescos que proceden de los lugares más remotos. Estos dátiles, una vez culminada la Procesión, tienen un poder milagroso. La tradición cuenta que las mujeres que los consumen quedan embarazadas, y son muchas las que se dirigen a los estantes al término de la procesión para probar suerte.
LOS MODELOS DE SALZILLO
Los modelos en que se inspiró Salzillo para cada uno de sus pasos son fuente constante de leyendas. Sabemos que las figuras visten ropajes de la época del autor, en un claro anacronismo que nos recuerda que la Pasión, además de un hecho histórico, es un acontecimiento que se repite constantemente en nuestras vidas. Pero además surge la duda de quién sirvió de modelo concreto. Quién era tal sayón, quién la Verónica y en quién se inspiró para elaborar la Madre Dolorosa. De ésta última se dice que era la hija del escultor y que para provocar la cara de infinito dolor su padre le transmitió una falsa noticia.
De esta Virgen Dolorosa, símbolo de todas las madres que sufren en el mundo, escribió nuestro añorado Antonio:
Tu lo sabías, Madre Dolorosa,
que el terrible momento llegaría
y que un puñal de horror traspasaría
tu dulce corazón de tierna rosa.
Y caminas ahora temblorosa
herida por la luz del nuevo día
con los brazos en alto, que querrían
destrozar esa cruz ignominiosa.
Yo deseo pasar por tu cintura
mi brazo, Madre, y apoyar tu pena,
y tu rostro de límpida azucena
reclinar en mi hombro miserable
para que así tu lágrima inefable
caiga en mi pecho y lave la amargura.


OTRAS LEYENDAS
En el Paso de Jesús ante el Pretorio, de la Procesión de Miércoles Santo, aparece en primer plano un personaje conocido popularmente como el Berrugo. La leyenda cuenta que todos los Martes Santos, el Berrugo cobra vida y huye de la Iglesia del Carmen poniendo en peligro la viabilidad de la Procesión. Según contaban las abuelas a los chiquillos, la Guardia Civil encontraba al Berrugo en algún bancal cercano, robando habas y apresándolo, lo restituían al Paso. Por esta razón el personaje tiene en su mano un racimo de habas frescas.
La talla actual del Berrugo es de Sánchez Lozano, copia de una anterior que se perdió en la Guerra. La original se ha atribuido durante mucho tiempo Salzillo, aunque es más probable que correspondiera a Nicolás de Bussy. Según la leyenda, el escultor mantenía un pleito con un alguacil municipal llamado “El Chano” y en venganza lo retrató en el grupo escultórico.



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