martes, 17 de junio de 2014

LA ISLA DEL BARÓN



He crecido viendo, a lo lejos, la silueta de esta isla, en el murciano Mar Menor. Todo el mundo la conoce por La Isla del Barón  y se reconoce porque es la única de la zona con una construcción visible desde la costa. El edificio es un palacete mandado construir en el siglo XIX por el propietario de la isla, el Barón de Benifayó. Fue diseñado por Lorenzo Álvarez Capra, autor del Pabellón de España en la Exposición Universal de Sevilla, de 1873.


El barón fue un acaudalado personaje pintoresco. Emparentado con la casa real de Saboya, que estuvo recluido en la Isla (entonces llamada isla mayor) como castigo por haber matado en duelo a un noble en defensa de la que sería esposa del Rey Amadeo I de España. Cuando salió de prisión compró la isla y edificó el palacio, estableciendo allí su residencia.



Unos años después contrajo matrimonio con una joven princesa rusa, cuyos padres –arruinados- concertaron el matrimonio para sanear su economía. La princesa, infeliz con el enlace, tan sólo se dedicaba a pasear y bañarse desnuda, por la isla, negándole todo el afecto al barón. No se sabe a ciencia cierta si la esposa le fue infiel ni si la cercana isla del ciervo  tiene algo que ver con el apelativo con que denominaban coloquialmente al barón. Más bien parece que el nombre de ésta otra isla es una corrupción de la denominación isla del siervo.

El caso es que una noche, sin más, la princesa desapareció. Quizás, como Alfonsina, se
 internó en el mar dejándose arrastrar a la profundidad por Poseidón, o quizás se fugó con algún palafrenero de palacio. Los lugareños, sin embargo, dicen que el esposo, harto de la ingratitud de la muchacha, le dio muerte, deshaciéndose del cadáver. Incluso hay quien afirma haber visto su espectro, rondando, en las noches de luna….

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